Ha sido uno de los workshop que podían realizar los alumnos de Secundaria en este final de curso 14-15. Los objetivos eran comprender como se desarrolla el proceso creativo y aprender técnicas para mejorar sus capacidades creativas personales.
Las reglas del juego eran claras…
- Participar
- Compartir experiencias
- Ser curioso, preguntar…
El primer día, teoría para tratar la definición, verdades universales, mitos, los hemisferios lógico y sensorial,…
Ejemplos, muchas fuentes de inspiración, Ideart, la publicidad,…
Artistas: Dalí, Bansky,…
Pero también actividades y juegos que retaban y ponían a prueba la imaginación de los alumnos.
El segundo día fue excitante, tenían que montar una serie de actividades para 90 alumnos de 1º de Primaria. Pensábamos que estarían más nerviosos pero fue alucinante observar con qué seguridad cogían de la mano a los alumnos para a continuación mostrarles y explicarles todas las experiencias que habían montado esa mañana:
El cañón de humo, la bola de bolos flotando, la pimienta que huía, la plastilina que rebota, las gotas que caben en una moneda, los equilibrios imposibles,…
Grupos de chavales con sus “monitores” jugaron con los geoplanos, fabricaron un pequeño cuaderno y que decir de sus caras cuando les alcanzaban los “donuts de humo” del cañón de aire y también las de sus “seños”.
La última y más importante consigna que recibieron antes de empezar: “Es complicado hablarle a un chaval de 6 años de creatividad o innovación, lo único que tenéis que conseguir es despertar su imaginación, alimentarla con nuevas experiencias, sorprenderles y que les brillen los ojitos”.
¿Lo consiguieron?, juzguen ustedes mismos:
Lo que aún no tengo claro es que ojitos brillaban más…