La importancia de la lengua inglesa en nuestros días

Debido a la globalización, el inglés se ha convertido en la lengua dominante del mundo desde mediados del siglo XX. El lingüista David Crystal explica en su libro The English language (2006) la expansión de la lengua inglesa: 380 millones de personas la hablan como lengua materna, de 300 a 500 millones hablan inglés porque ésta es una lengua cooficial en sus países y 1000 millones de personas estudian inglés porque en sus países se reconoce la hegemonía de la lengua en cuestión. En otras palabras, todos aquellos que estudiamos inglés no estamos solos en nuestro empeño, estamos en buena compañía.

Hoy en día no se aprende inglés para viajar a Reino Unido o EEUU. Se aprende inglés para viajar por todo el mundo. El inglés se ha convertido en la lengua vehicular del mundo. Tampoco se aprende inglés únicamente para hablar con hablantes nativos de inglés. Al contrario, se aprende inglés para hablar con personas de todas las diferentes nacionalidades: japoneses, chinos, alemanes, daneses, ucranianos, polacos… Ya no es importante hablar con un acento similar al de un hablante nativo, porque ¿qué acento sería el apropiado?, ¿el británico?, ¿el americano?, ¿el canadiense?, ¿el australiano?. El acento con el que hablemos dicha lengua es irrelevante. Lo verdaderamente importante es ser capaz de hacernos entender, comunicarnos, transmitir aquello que queremos decir. El inglés, como bien puntualiza la prestigiosa profesora Penny Ur, (2012) se ha convertido en la lengua internacional del planeta, en una especie de lingua franca que te permite viajar y desenvolverte en cualquier parte del mundo.

Citando de nuevo a David Crystal este autor describe las razones políticas, económicas e históricas por las cuales el inglés se ha convertido en una herramienta esencial en nuestra sociedad actual. Este idioma no es únicamente importante como lengua vehicular o de comunicación sino que cabría resaltarla también como la lengua profesional en todos los campos de conocimiento: el campo de las ingenierías, de la medicina, de la informática, de la biología, de la tecnología, la academia, la investigación…Todos los campos de conocimiento tienen en común el uso de la lengua inglesa. Así pues, aunque pasásemos toda nuestra vida en España, el hecho de no saber inglés limitaría nuestro desarrollo profesional y nos impediría saber qué ideas están en la vanguardia del campo de conocimiento al cual nos dedicamos. Dicho idioma es un instrumento fundamental a la hora de actualizar los conocimientos al igual que en la Antigüedad y la Edad Media lo fue el Latín, lengua en su momento encargada de la trasmisión del conocimiento.

En este contexto padres, madres y educadores nos preocupamos de que nuestros hijos aprendan la lengua inglesa y en ocasiones incluso nos angustiamos. ¿Qué podemos hacer? En primer lugar fomentar el bilingüismo. Está comprobado que los niños que son bilingües desde el nacimiento tienen menos dificultades para adquirir una lengua extranjera. Si nos fijamos en un país admirado por muchos, Finlandia, los niños y niñas no sólo aprenden finés en el colegio sino también sueco, dos lenguas muy diferentes entre sí. El hecho de que los idiomas sean diferentes les permite a los hablantes adquirir diferentes fonemas y patrones de entonación que después facilitarán el aprendizaje de una tercera lengua. Además de aprender sueco y finés los niños empiezan a aprender inglés a los 7 u 8 años y muchas veces sólo durante un semestre. Entonces, ¿por qué hablan tan bien inglés en los países nórdicos? La respuesta es sencilla: en los países nórdicos no doblan la televisión, de manera que los ciudadanos están expuestos a la lengua inglesa continuamente. Gracias a dicha inmersión son capaces de reproducir la lengua con mayor facilidad. La televisión se ve y se escucha en versión original, lo cual facilita la adquisición de la lengua. Los padres y madres que de verdad queremos que nuestros hijos e hijas hablen inglés, tenemos que exponerlos a la lengua extranjera tanto como podamos. Muy pronto nos daremos cuenta de que nuestros pequeños reproducen a la perfección las frases que dicen sus personajes televisivos favoritos y que no sólo han aprendido la pronunciación sino que también han aprendido la entonación o van descubriendo cuál es la sílaba tónica en las diferentes palabras, elementos todos ellos esenciales en el proceso de comunicación entre hablantes. Asimismo, las películas o series o dibujos que ven en televisión van dando sentido a todos aquellos contenidos que se aprenden en la clase de inglés día tras día.

Otra estrategia para adquirir la lengua eficientemente sería la lectura.Proporcionar libros a los niños adecuados a su edad desde edad temprana . Una colección, en opinión de muchos, de gran valía sería Oxford reading trees creada por Roderick Hunt y Alex Brychta (2011) y últimamente escrita por la famosa autora de libros infantiles Julia Donalson. Estos libros se utilizan en el 80% las escuelas de primaria en el Reino Unido para aprender a leer pero también sirven para que nuestro chicos y chicas se inicien en la lectura del inglés. Además ofrecen diferentes niveles (desde nivel 0 hasta un nivel intermedio) que permite a cada niño o niña la elección del libro que más convenga a su nivel o a sus intereses lectores. En la página www.oxfordowl.co.uk se pueden leer y a su vez escuchar muchos de estos cuentos. Además de leer y escuchar cuentos los niños también pueden escuchar canciones que contribuyan a mejorar su oído. Hay cientos de canciones en Youtube, así que se puede acceder a ellas con gran facilidad.

Por último, conviene destacar la importancia de generar ocasiones en las cuales se pueda practicar la lengua que se está aprendiendo : “languages are like swimming, you get better while you are practising them”

En definitiva, volveré a la idea inicial, el inglés es esencialmente una herramienta, un instrumento que nos ayuda a prosperar en el mundo actual con mayor facilidad y nos proporciona independencia y autonomía. De este modo, el inglés ayudará a nuestros niños y niñas a desarrollar las habilidades necesarias para formarse en otras disciplinas esenciales para el ser humano como la matemática, la música o la literatura.